No debí estudiar ingeniería (2012)
A los 38 años que el Ing. Paez lograra mover el edificio de Cudecom.
Siempre pensé que el jugar con el Lego de pequeño había sido el principal motivo para yo optar por estudiar el programa de ingeniería, siempre lo pensé; sin antes mencionar que mi mamá siempre me lo recordaba y decía "Que pilo es Juancho!" Pues vaya sorpresa la que tengo que llevarme cuando entro a la universidad, y descubro que el mundo que a mi me pintaron no era el mismo que viviría allí; a veces me cuestiono y digo que entre muy pequeño a la universidad, otras veces digo que fue por culpa de mis deslices emocionales y romanticones de adolescente indeciso. La vida estará en condición de equipararme lo que he perdido por esta decisión, sino pues ya voy perdiendo.
Tenemos como colombianos la mala costumbre de creer que las cosas salen si solamente creemos que saldrán, cuando no hay ningún manifiesto científico que lo respalde. "Hágalo con calma y vera que eso le sale" Es una de las miles de frases que mi abuelita logra inmiscuir en su vocabulario tradicional y explicito que maneja, y que de por cierto a mi me encanta.Para ser estudiante de ingeniería no se necesita ni saber matemáticas ni entender la física ni mucho menos tener fuerza. Para ser ingeniero se necesita querer serlo. Yo siempre me encamine por el sentido en que si yo era bueno para algo, no debería estudiarlo; algo como explorar esa parte de mi que yo no domino muy bien. Por obvias razones este es el primer punto por el cual ya voy en cuestionamientos y en caso ultimo, el único por el cual me motiva este escrito.
Nunca he sido bueno para las letras, ni mucho menos para los números y si ellos están organizados, poseemos problemas. Pero algo que si he dejado muy en claro, es que aún no se por que estudio ingeniería. Me desempeño en el área de las humanas de cierta manera bien, y creería que tengo madera para ello, lo único que me falta es creérmelo Si bien todo lo que podría escribir, se resumen como un análisis a gran escala del psiquiatra, decidí poder responder muchos interrogantes sobre la mesa con la finalidad de generar la discusión.
No debí estudiar ingeniería por que no la manejo, eso es para mentes superiores, es lo que dicen los mas hozados, pero en realidad eso nunca pasa a ser practica de la realidad. Nunca debí estudiar ingeniería ya que para ser ingeniero se necesita dedicación y yo no la tengo. El ingeniero moderno no necesita tener el respaldo de la gente para poder cumplir su sueño. El ingeniero actual a desvirtuado su verdadero rumbo y es el de poner su ingenio a la necesidad de los demás. Hoy siento que no debí estudiar ingeniería.
En mi que hacer regular, me centro en el desarrollo de lo social; en las practicas del conflicto en Colombia; en la discusión de la política nacional; los diversos modelos pedagógicos aplicables aquí; la historia contemporáneo del mundo y sus guerras; en fin, tantas cosas que pasan por mi mente. Mi formación como ingeniero solo se ha limitado a como poner una cosa detrás de la otra, dependiendo una característica a obtener. Hoy mas que nunca siento, que no debí estudiar ingeniería.
Citando las mas de mil y un formas de apoyo que recibo de la familia, me hacen saber de forma muy orgullosa y cordial que soy un ser intelectual valioso en el núcleo familiar, y que eso es de admirar. Pero vaya lastima al poder confesarles que mi visión de la ingeniería esta apartada de la que posiblemente mis docentes tengan; o que mas aun, la que el sistema educativo tenga. Mi familia me acompaña como escuderos en esta transformación que hago de la realidad como desde un principio lo planteo, pero es a la vez frustrante que tenga que tener dos banderas de lucha en ese trayecto.
Detrás de todo ese discurso, no queda mas que recapitular y construir. La ingeniería en Colombia no es mas que el creer que si un ladrillo esta superpuesto sobre otro, obtenemos frutos; o que si hacemos prender diferentes bombillos con colores a cierta frecuencia obtenemos grandes logros. La ingeniera es mas que un compendio de saberes en tecnología y ciencia, aplicados a las diversas soluciones que exigen los problemas de la vida regular en la sociedad. la ingeniería es mucho mas que docentes mal humorados, con poco espíritu de servicio y construcción, creyéndose liberadores de vidas que no están desarrolladas. La ingeniería aquí todavía no pasa de ser un lujo que se dan algunos hombres para montar empresa y preservar sus frutos personales con un buen nombre.
Las exigencias del entorno hacen que como individuos nuestro ingenio este al servicio de la comunidad, y que todos esas grandes ideas y proyectos se los brindemos a quien en verdad los necesidad, sin importar distinción de clase o conciencia. Nuestra labor como ingenieros en formación es a su vez, contribuir a cambiar ese paradigma absurdo de la ingeniería en Colombia en donde desvirtuamos totalmente nuestro sentido y no concebimos el conocimiento como la fuente de todos nuestros deberes. Siempre he concebido la ingeniería así y cuando lo planteo con mis pares siento que estoy perdido y que desconozco lo que hago. Por estos motivos reafirmo que: Hoy mas que nunca, y a pesar de estar orgulloso de lo que hago, no debí estudiar ingeniería.
Siempre pensé que el jugar con el Lego de pequeño había sido el principal motivo para yo optar por estudiar el programa de ingeniería, siempre lo pensé; sin antes mencionar que mi mamá siempre me lo recordaba y decía "Que pilo es Juancho!" Pues vaya sorpresa la que tengo que llevarme cuando entro a la universidad, y descubro que el mundo que a mi me pintaron no era el mismo que viviría allí; a veces me cuestiono y digo que entre muy pequeño a la universidad, otras veces digo que fue por culpa de mis deslices emocionales y romanticones de adolescente indeciso. La vida estará en condición de equipararme lo que he perdido por esta decisión, sino pues ya voy perdiendo.
Tenemos como colombianos la mala costumbre de creer que las cosas salen si solamente creemos que saldrán, cuando no hay ningún manifiesto científico que lo respalde. "Hágalo con calma y vera que eso le sale" Es una de las miles de frases que mi abuelita logra inmiscuir en su vocabulario tradicional y explicito que maneja, y que de por cierto a mi me encanta.Para ser estudiante de ingeniería no se necesita ni saber matemáticas ni entender la física ni mucho menos tener fuerza. Para ser ingeniero se necesita querer serlo. Yo siempre me encamine por el sentido en que si yo era bueno para algo, no debería estudiarlo; algo como explorar esa parte de mi que yo no domino muy bien. Por obvias razones este es el primer punto por el cual ya voy en cuestionamientos y en caso ultimo, el único por el cual me motiva este escrito.
Nunca he sido bueno para las letras, ni mucho menos para los números y si ellos están organizados, poseemos problemas. Pero algo que si he dejado muy en claro, es que aún no se por que estudio ingeniería. Me desempeño en el área de las humanas de cierta manera bien, y creería que tengo madera para ello, lo único que me falta es creérmelo Si bien todo lo que podría escribir, se resumen como un análisis a gran escala del psiquiatra, decidí poder responder muchos interrogantes sobre la mesa con la finalidad de generar la discusión.
No debí estudiar ingeniería por que no la manejo, eso es para mentes superiores, es lo que dicen los mas hozados, pero en realidad eso nunca pasa a ser practica de la realidad. Nunca debí estudiar ingeniería ya que para ser ingeniero se necesita dedicación y yo no la tengo. El ingeniero moderno no necesita tener el respaldo de la gente para poder cumplir su sueño. El ingeniero actual a desvirtuado su verdadero rumbo y es el de poner su ingenio a la necesidad de los demás. Hoy siento que no debí estudiar ingeniería.
En mi que hacer regular, me centro en el desarrollo de lo social; en las practicas del conflicto en Colombia; en la discusión de la política nacional; los diversos modelos pedagógicos aplicables aquí; la historia contemporáneo del mundo y sus guerras; en fin, tantas cosas que pasan por mi mente. Mi formación como ingeniero solo se ha limitado a como poner una cosa detrás de la otra, dependiendo una característica a obtener. Hoy mas que nunca siento, que no debí estudiar ingeniería.
Citando las mas de mil y un formas de apoyo que recibo de la familia, me hacen saber de forma muy orgullosa y cordial que soy un ser intelectual valioso en el núcleo familiar, y que eso es de admirar. Pero vaya lastima al poder confesarles que mi visión de la ingeniería esta apartada de la que posiblemente mis docentes tengan; o que mas aun, la que el sistema educativo tenga. Mi familia me acompaña como escuderos en esta transformación que hago de la realidad como desde un principio lo planteo, pero es a la vez frustrante que tenga que tener dos banderas de lucha en ese trayecto.
Detrás de todo ese discurso, no queda mas que recapitular y construir. La ingeniería en Colombia no es mas que el creer que si un ladrillo esta superpuesto sobre otro, obtenemos frutos; o que si hacemos prender diferentes bombillos con colores a cierta frecuencia obtenemos grandes logros. La ingeniera es mas que un compendio de saberes en tecnología y ciencia, aplicados a las diversas soluciones que exigen los problemas de la vida regular en la sociedad. la ingeniería es mucho mas que docentes mal humorados, con poco espíritu de servicio y construcción, creyéndose liberadores de vidas que no están desarrolladas. La ingeniería aquí todavía no pasa de ser un lujo que se dan algunos hombres para montar empresa y preservar sus frutos personales con un buen nombre.
Las exigencias del entorno hacen que como individuos nuestro ingenio este al servicio de la comunidad, y que todos esas grandes ideas y proyectos se los brindemos a quien en verdad los necesidad, sin importar distinción de clase o conciencia. Nuestra labor como ingenieros en formación es a su vez, contribuir a cambiar ese paradigma absurdo de la ingeniería en Colombia en donde desvirtuamos totalmente nuestro sentido y no concebimos el conocimiento como la fuente de todos nuestros deberes. Siempre he concebido la ingeniería así y cuando lo planteo con mis pares siento que estoy perdido y que desconozco lo que hago. Por estos motivos reafirmo que: Hoy mas que nunca, y a pesar de estar orgulloso de lo que hago, no debí estudiar ingeniería.
Compañero Cely
ResponderEliminarLos ires y venires de la vida no los conoce nadie. Y se ha visto ya, con muchos ejemplos citados y reconocidos, que el rumbo que se le dé a la vida profesional no tiene que estar sujeto exclusivamente por aquello que reside como título en un cartón. El rumbo profesional puede estar, y debería estar siempre, desarrollado de la mano de aquello que forma nuestra personalidad. Nuestros gustos no tienen por qué separarse de nuestra dedicación, sino que nuestra dedicación tiene que ser un gusto para hacerla bien, y en ningún lado dice que temas o proyectos pueden o no estar relacionados entre sí. Si queremos trabajar en ingeniería, pero al mismo tiempo en literatura, quién nos dice que no?, solo nosotros podemos crear esa barrera. Y nosotros mismos también podemos derrumbarla, por medio de nuestra inventiva y creatividad.
Y esos cambios en el pensamiento general acerca de la educación, de las metodologías y del objetivo de estudiar ingeniería, así como muchas otras profesiones, se pueden generar desde cualquier campo de acción, pues todos tienen un área que pueden atacar mejor que cualquier otra profesión, la ingeniería puede hacer cosas que el derecho no, y viceversa, igual la sociología, la economía, y todas las ramas del conocimiento. Entre ellas se complementan, el problema es que a veces compiten, y no para construir, sino para sobresalir.
Por último, ese sentimiento de creer que no se eligió bien la profesión, no es poco común, y muchos lo hemos sentido, pero hemos visto que podemos hacer cosas que nos hacen seguir pensando en que desde este lado de la realidad podemos cumplir una buena función que impulse en algo el desarrollo de la sociedad.
No podemos abarcarlo todo, me he dado cuenta de ello con desilusiones personales. Pero es algo que se debe inculcar en todos, la cooperación y el buen uso de las capacidades del prójimo.
Cambio y furia, Cely!